martes, 1 de diciembre de 2015

EL ÚLTIMO DE MIS PRIMEROS DÍAS. Laura Beatriz Valdivia Días. 2º de Bachillerato


Camino despacio aspirando el aire fresco de la mañana. Hoy no llevamos mochila, es nuestro primer día. Y ahora que lo sé me sorprendo de cómo ha pasado el tiempo. Hace años fue mi primer día aquí. Recuerdo que llegaba asustada preguntando me que grandes cambios me esperaban. Estaba impaciente por conocer el lugar y a todos los profesores. sonrío ahora al recordar el aspecto que debía tener en mis primeros días aquí. Uno parece un astronauta, venido de otro planeta, intentas adaptarte al universo que te rodea. Te sientes frágil.

Poco a poco los días van pasando y conoces a tus compañeros. Las miradas de los empleados, los profesores y los alumnos  ya no son la de unos extraños. Algunas están llenas de afecto y esa es una de las cosas que hace que seguir adelante parezca sencillo.
Hoy, sin embargo, siento algo parecido a un vértigo al entender que sí, que aun quedan muchos días, pero que son los últimos de una época de mi vida que se despide.Da comienzo otra etapa en la que crecen las apuestas. Mayores responsabilidades, un mundo entero de opciones. El brutal caos de la vida real, con todas sus alegrías y sufrimientos. Y en cierto modo sé, que ya nadie estará ahí para parar los golpes. Mis padres, mis tíos, seguirán ahí "para lo que necesite". Pero seré yo quien tenga que enfrentar los problemas. "Hacerme responsable" como tantas veces me han dicho.
Tendré que elegir, equivocarme, caer y levantarme. Casi siento envidia de los alumnos de cursos inferiores, de los empleados y los profesores, que continuarán aquí en este simulacro de vida. Tan ordenado y limpio. De lunes a viernes, las clases se abren y cada uno asume el papel que le corresponde. No ha dudas, solo malentendidos.
Aquí fuera, sin embargo el circulo se rompe y sé que las opciones que tomes pueden lanzarte a lugares imprevisibles.
Por eso camino despacio y saboreando estos días, el que será el último de mis primeros días. cierro los ojos y me zambullo en la multitud. Escuchamos distraídos las primeras charlas de la bienvenida, más preocupados en saludarnos entre nosotros que en su contenido... y de repente ya ha pasado el momento. Soy otra vez parte del inmenso mecanismo del curso. Fue solo un momento de humilde reflexión, nada significativo. Dejaré que pasen los días otra vez ( sin darme cuenta) navidad, febrero, semana santa, matemáticas, inglés, música; y antes de que me de cuenta se habrá esfumado el curso y este último de mis primeros días será solamente un suspiro llevado por el viento de verano.

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