miércoles, 11 de noviembre de 2015

LA ACTUACIÓN. Alba María Pérez. 4ºB

Esa noche, Raúl, estaba impaciente porque amaneciese, ya que iba a actuar en su primera obra del colegio, a pesar de que era un poco kafkiana la actuación él estaba emocionado.
A la mañana siguiente, su hermano mayor intentó hurgar en la herida que tenía Raúl de años atrás, recordándole que una vez cuando era pequeño hizo el ridículo delante de 100 personas cayéndose del escenario abajo. La madre cuando lo vio con los ojos humedecidos, a punto de llorar le dijo:
-¡Ánimo hijo! Que lo vas a hacer genial.
Raúl se tranquilizó y cogió la maleta con la ropa de cambio.
Al llegar al colegio, se encontró con todos sus amigos y uno de ellos le

dijo:
-Raúl, me acaba de pasar una cosa rarísima.
Raúl intrigado le preguntó:
-¿El qué?
Y el amigo contestó:
-Acabo de sentir algo intangible.
Raúl asombrado le dice:
-Eso serán los nervios de la actuación.
A lo que el amigo contesta:
-Seguramente.
Ambos se ríen y entran al escenario.
Al principio de la actuación Raúl estaba un poco nervioso pero poco a poco se fue soltando.

Al terminar la actuación, los espectadores empezaron a jalear, algunos con palmadas y otros con silbidos.

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