sábado, 25 de febrero de 2012

ESQUIANDO,DISFRUTANDO,LEYENDO A BRUNELLA

Viajar supone una de las experiencias más satisfactorias que un ser humano puede realizar. No sólo por aquello que conocemos, sino también por todo lo que aprendemos y vivimos a través de eso que guardamos como recuerdos. Cada vez que nos disponemos a salir fuera de lo que nos es cotidiano, nos sentimos nerviosos, ansiosos y con ganas de que todo pase con la lentitud suficiente como para que dé tiempo para disfrutarlo de manera desmesurada. Esto, creo que fue un sentimiento común, el día 9 de enero de este nuevo año, cuando mis compañeros y yo, nos dispusimos a salir fuera de lo establecido para ese día, ya que, mientras nosotros nos íbamos de viaje, el resto de compañeros se incorporaba a las clases después de las vacaciones de navidad. Fueron cinco días y cuatro noches, llenos de motivos para desear volver en cualquier momento. Nos conocimos entre nosotros, compartimos risas, nos acostumbramos a las rutinas del viaje, y a todo lo que supone estar en grupo, convivir. Es por esto, que me faltan y me sobran palabras para describir lo bien que lo pasamos, y cuántos nos divertimos. Me faltan porque no todo encuentra palabras semejantes a lo sentido y me sobran porque hay otros sentimientos y vivencias a las que se puede relacionar con cientos de ellas. En resumidas cuentas, fue un viaje digno del más fuerte recuerdo, en el que no sólo tuvimos la oportunidad de conocer un paisaje diferente y practicar un deporte novedoso para nosotros, que vivimos rodeados de agua y con un clima cálido, además pudimos comprender la importancia de ser un equipo y la seguridad de saber que estás respaldado por él. Brunela Nardi Ferreras

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