martes, 11 de junio de 2013

"ORSON EN SECUNDARIA". NELSON ALEMÁN 1º ESO B. TEXTO GANADOR DEL CONCUERSO LITERARIO DEL IES GRAN CANARIA.

  Orson era un niño encantador, muy cariñoso, a veces un poquito travieso, le encantaba hablar, sobre todo con los adultos, no paraba quieto, estaba siempre de un lado para otro buscando algo con lo que entretenerse. Su pasión eran las manualidades o jugar con su colección de reptiles en los que predominaban los cocodrilos. A diferencia de otros niños de su edad, el fútbol no le atraía nada, aunque de vez en cuando lo practicaba con sus compañeros. a él le gustaba más ver documentales de animales o de aventuras. Por su condición de hablador siempre encontraba amigos en todos sitios.
            Orson era un niño alto y fuerte, durante su etapa escolar de Primaria destacaba al lado de sus compañeros por su corpulencia. Pero el tener esta constitución no quería decir que su carácter fuese igual, él era noble y sin malicia, se llevaba bien con todos sus compañeros, a veces era demasiado inocente para su edad. Pero mientras estuvo en el colegio nunca tuvo problemas con sus compañeros, siempre fue muy buen amigo de sus amigos.
            Orson era el niño más pequeño de su casa, tenía una hermana siete años mayor que él. a su hermana solía hacerle muchas travesuras, la sacaba de quicio, pero luego era muy cariñoso, estaba todo el día abrazándola y besuqueándola.
            Le gustaba mucho asistir al colegio y siempre iba muy entusiasmado, al igual que a sus actividades de tarde. Asistía a clases de lenguaje musical, a ciclismo y a natación. ciclismo era su actividad preferida. En todas estas actividades congeniaba muy bien con sus compañeros, su único problema es que era muy hablador.
            Orson pasaba los fines de semana en el pueblo de sus padres, ahí lo pasaba muy bien, tanto en la finca que tenían sus abuelos, donde había muchos animales, como en el bar de su tía, también disfrutaba mucho de la piscina recreativa que había en el pueblo. Él siempre decía que era un niño muy feliz.
            A finales de su último curso en Primaria, Orson estaba muy feliz, no sólo porque se iba de viaje de fin de curso a Barcelona, sino porque pasaba al instituto. Decía que así podría ir sólo con sus compañeros y sus padres no tenían que ir a llevarlo ni recogerlo, se sentía más adulto.
            Y por fin llegó el día de la presentación del primer curso de Secundaria. La noche antes Orson casi no durmió, estaba nervioso ante lo que podría encontrarse en el instituto.
            A su regreso a casa después de la presentación venía eufórico, decía que todos los profesores le habían gustado y que sus compañeros no parecían malos niños.
            Durante el primer mes todo fue ganial, Orson iba y venía de las clases muy contento y se implicaba mucho en hacer los deberes. Pero un día, al volver de clases, Orson entró en su casa cabizbajo, triste y casi llorando. Su madre le preguntó que le había pasado. Él le contestó que un compañero le había pegado y que le dio varias patadas. Su madre lo miró y tenía varios morados en la espalda. Orson no entendía por qué le habían pegado si él no había hecho nada. Su compañero le agredió porque le caía mal y él fue incapaz de levantar la mano; nunca antes lo había hecho ni tampoco pensaba hacerlo.
            Al día siguiente, Orson volvió al instituto, fue con miedo por si volvía a pasar lo mismo. Pero todo transcurrió con normalidad, aunque él le contó lo ocurrido a su tutora y a su compañero lo castigaron. Pasaron los días y poco a poco todo volvió a ser igual que antes. A la siguiente semana, cuando ya Orson volvía a asistir al instituto muy contento, en la clase de Educación Física varios compañeros lo acorralaron y volvieron las agresiones: patadas, puñetazos, empujones... pero nadie lo defendió, ni siquiera el profesor se dio cuenta. Y otra vez volvió Orson a casa muy triste, decaído y encima lleno de golpes. Sus padres se pusieron muy furiosos, le preguntaron que si él había ocasionado alguna discusión, a lo que él respondió que no, que no sabía por qué le pegaban. Sus padres enseguida se pusieron en contacto con el instituto y la tutora solucionó el problema.
            Su familia entonces se dio cuenta de que Orson  era incapaz de levantarle la mano a nadie, era muy noble, no tenía maldad, y el hecho de ser muy hablador y pensar que todos sus compañeros eran iguales que él había jugado en su contra. Sus compañeros lo veían sensible e inocente y lo atacaban para diversión de ellos, sin pensar que le estaban haciendo bastante daño y creándole un trauma.
            El tiempo fue pasando y parecía que todo se fue suavizando. orson volvía a tener la misma ilusión que antes. Asistía a sus clases muy contento y volvía entusiasmado. Seguía siendo el mismo niño inquieto, impulsivo, cariñoso, aunque seguía sufriendo la burla y el acoso de algunos compañeros, pero él lo llevaba mejor.
            Las notas de la segunda evaluación llegaron y, para Orson, fueron muy buenas, sin suspender nada. Las siguientes semanas pasaron muy bien, él se encontraba muy feliz, seguía practicando sus actividades de tarde y en el instituto todo se había normalizado.
            Al siguiente comienzo de semana, el lunes, todo cambió, en un cambio de clases los compañeros que tanto habían atacado a Orson por divertirse otra vez, le empujaron y mientras uno le agarraba haciéndole bastantes rasguños en el cuello el otro le daba patadas por todos lados. De nada sirvió que un compañero gritase y les dijera "no le den más", pues ellos seguían. Orson volvió a llegar a su casa triste u malherido. Su madre, al verlo lo llevó corriendo al centro de salud porque tenía un golpe grande en la espalda.
            Al día siguiente fue al instituto, pero con mucho miedo y desconfianza, lo acompañó su madre y le contaron el problema al jefe de estudios. Cuando volvió a su clase sus compañeros le recriminaron que era un chivato por contar lo que pasó, e incluso intentaron agredirle de nuevo. Su tutora solucionó el problema hablando con los padres de estos compañeros.
            Orson sigue asistiendo a clases con mucha ilusión, aunque ya no se fía de nadie, él dice que se siente orgulloso de ser como es y no entiende por qué sus compañeros no quieren conocerle mejor en vez de golpearle continuamente.  Pero a pesar de todo Orson sigue creyendo en la amistad y confía en que algún día pueda ser amigo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario