Ha pasado una semana y más de
la mitad están muertos o en proceso. Hoy hemos llegado a un puerto
donde un hombre blanco con pinta de ser importante me ha comprado.
Un año después conseguí
escapar de esa prisión sin barrotes a la que los demás llamaban
hogar.
Después de trabajar años,
pude pagar para que me llevaran a mi país donde no quedaba mucho más
de diez familias.
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