lunes, 16 de diciembre de 2013

PARTICIPACIÓN EN LA MEDIA MARATÓN.Emulando a Murakami

Los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato han participado en la edición de este año de la Media Maratón Camilo Sánchez. Desde eólica les felicitamos y queremos compartir con ellos este texto de  Murakami  extraido de su libro "De que hablo cuando hablo de correr".

“Mientras corría ha llovido un poco, pero ha sido una lluvia corta y agradable que ha refrescado mi cuerpo. Una densa nube se ha aproximado desde el mar y se ha situado sobre mí, ha descargado con prisas su fina lluvia, corta e intensa, como diciendo:” Tengo otros asuntos urgentes que atender” y, sin volver la vista atrás, se ha ido a alguna otra parte. (…)Por el camino me he encontrado con otros corredores. Había aproximadamente el mismo número de hombres que de mujeres. Los más vigorosos, los que corren golpeando con fuerza el suelo y cortando el viento al avanzar, parece que les persiga una cuadrilla de bandoleros. Por otro lado están los corredores entrados en carnes, que corren con enorme sufrimiento: los ojos entornados, los hombros caídos y resoplando ruidosamente. Tal vez la semana pasada, después de que les diagnosticaran diabetes, su médico de cabecera les recomendó encarecidamente el ejercicio diario. Yo estoy un poco a caballo entre ambos. (…)

(…) Desde que a finales de mayo de este año me traslade a Cambridge, Massachusetts, correr ha vuelto a ser uno de los pilares de mi vida cotidiana. Y corro “bastante en serio” me refiero, hablando de cifras concretas, a correr sesenta kilómetros a la semana. Ósea, a correr diez kilómetros al día durante seis días a la semana. La verdad es que preferiría correr diez kilómetros al día los siete días de la semana, pero cuando no es porque llueve es porque tengo mucho trabajo y tampoco puedo correr.(…) En junio cumplí con lo previsto y corí exactamente doscientos sesenta kilómetros. En julio aumenté la distancia y subí a trescientos diez  kilómetros. Eso implica que corrí exactamente diez kilómetros al día sin descansar ninguno. Por supuesto, no corría cada día exactamente diez kilómetros, sino que, por ejemplo, si un día corría  quince, al día siguiente sólo corría cinco.(…)

(…)Para mí, correr, al tiempo que un ejercicio provechoso, ha sido también una metáfora útil. A la par que corría día a día, o la vez que iba participando en carreras, iba subiendo el listón de los logros y, a base irlo superando, el que subía era yo. O, al menos, aspirando a superarme, me iba esforzando día a día para conseguirlo. Ni decir tiene  que no soy un gran corredor. Mi nivel es extremadamente corriente (por no decir mediocre, un término  más adecuado). Pero eso no es en absoluto importante. Lo importante es ir superándose, aunque solo sea un poco, con respecto al día anterior. Porque si hay un contrincante al que debes vencer en una carrera de larga distancia, ese no es otro que el tú de ayer."

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