“La
madre que perdió a su bebé”- Kimberly (4ºD)
Les voy a contar una historia muy interesante que
encontré en una wap por mi móvil.
Hace 80 años, cuando aún no había ni móviles, ni
ordenadores, ni nada de lo que podremos imaginar había una mujer que deseaba
tener un hijo.Hacía poco que se había casado pero su marido estaba
poco en casa porque se iba de cacería con su gran jauría de pura raza y,
cada vez que estaba con ella, intentaban tener un hijo pero nunca se quedaba y
esa mujer llamada María era una persona muy beata y todos los días iba a
rogar a Dios para poder quedarse embarazada y así estuvo durante tres años
hasta que un día se da cuenta que está embarazada de poco tiempo.
Ilusionada, cuando llega el marido a casa se lo
cuenta, él no parece muy ilusionado porque su vida es la cacería, pero ella
cree que cada vez le irá gustando más tener a ese niño, pero no fue así; cuando
faltaba poco para que el bebé naciera, María había discutido con su marido, y
le dio un gran golpe, fue muy grosero con ella y, por culpa de eso
empezó a tener dolores, y esos dolores hicieron que el parto se adelantara y el
marido no estaba ahí para ayudarla, no le importaba dejarla sola sabiendo que
faltaba poco para el nacimiento de su hijo; él era un fanático por irse
a cazar, así que, dio a luz sola.
Al dar a luz, María vio que su bebé no reaccionaba,
ni lloraba, sabía que su bebé había muerto.
María había cogido tal depresión que todo lo que
estaba a su alrededor era turbio y lóbreg, el marido era tan necio8
con lo del bebé que María no le dirigió la palabra durante mucho tiempo y él no
entendía por qué estaba así.
María cada vez estaba peor y el marido no podía ir a
cazar porque tenía un uñero y le dolía cuando apretaba el gatillo de la
escopeta pero, aunque estuviera en la casa con María, ella igualmente se sentía
sola y veía que él no la quería como antes; cada vez le gustaba más medrar
con lo que le daba la cacería. María era ilusa porque creía que su
esposo le iba a volver a querer como antes pero no era así; cada vez estaba
peor y, encima, recordaba cada día el golpe que él le dio y cómo su hijo moría
entre sus manos y eso nunca se lo podría perdonar a su esposo y cuanto más lo
recordara más le dolía; más depresión cogía pero siempre tenía la in
Los días que el marido se iba al zoco a
vender lo que él cazaba ella cogía y se hacía una quesadilla para ella
porque era voluptuosa con las cosas dulces y siempre le llevaba un trozo
metido en un bol hermético adonde estaba su hijo enterrado. Un día de
esos, como siempre, fue a llevarle un trozo a su bebé y encontró a un perro
blanco y negro acostado encima, se notaba que tenía hambre y María le espantaba
para que se fuera pero no se iba y, como vio que tenía hambre, le dio el trozo
de quesadilla que le había llevado a su hijo, que, sin pensárselo dos veces, se
lo comió. Cuando se iba a ir María, el perro se levantó y lo que caminaba María
lo caminaba el perro. Ella lo espantaba pero el perro no se iba y no le tenía a
nada lo que le hacía María. Cuando llegó a la casa el perro seguía detrás de
ella y cuando le llamó, el perro se acercó y ella entró a la casa y el perro no
se iba y así estuvo durante 5 días y, al final, María lo recogió y le puso un
collar hecho por ella que era muy rollizo y le quedaba ideal.
María ya no se sentía sola, ya tenía a un gran amigo
en su casa, su perro llamado Darko, era un gran perro y era muy sumiso y
llegó hasta a olvidarse de su depresión.
Cuando su marido vino del zoco vino hecho una furia
porque había visto a un extranjero con yodo y él xenófobo y
siempre había querido tener yodo. Por lo enfadado que estaba, María y a partir
de ahí Darko era muy prominente con todo lo que se relacionaba con ella
y ella empezó a tener discontinuos sueños extraños de un niño que le
decía que se alejara del marido y ella no sabía qué hacer y luego veía que el
perro siempre le alejaba y no entendía por qué.
2 SEMANAS DESPUÉS.
El marido, al día siguiente, la encerró en la
casa y Darko encontró una cuña muy oxidada y gracias a eso pudo abrir la
puerta y escapar. Esa noche, una anciana la recogió a ella y a Darko y soñó con
la mayor revelación de su vida; Darko era su hijo que había venido a protegerla
de su ex marido y de todo lo malo que le podría a ver pasado.Al final esa mujer la acogió y Darko se despidió y
se desvaneció.
A partir de ahí se le quitaron todas las
preocupaciones, todas las depresiones y aprehendió que su hijito siempre
estaría con ella cuidándola.
“Una
rara forma de conocerse”- Gema (1º Bach. “B”)
Todo
comenzó una tarde de invierno en el sur de Italia cuando Abraham, un joven de
20 años, conducía un poco despistado y choca contra otro coche. Rápidamente se
baja y se encuentra con Anastasia. Abraham, al mirarla, se queda anonadado por
su tremenda belleza. Él le pide disculpas y le dice a pies juntillas que
tenían que dirigirse al médico inmediatamente. Durante el trayecto Abraham le bailaba
el agua diciéndole lo fuerte que había resultado ante el accidente y muchos
más elogios a lo que ella respondió que si se creía que se había caído de un
guindo. Ella se imaginaba que le estaba mostrando tanto interés porque
sabía que había tenido la culpa de lo ocurrido y no quería acarrear con sus
consecuencias.
Abraham, muy enfadado por los pensamientos de Anastasia hacia él, se mantuvo en
silencio todo lo que quedaba de trayecto. Entró con ella al médico y cuando se
aseguró de que estaba bien, se marchó sin ni siquiera despedirse. A él le
hubiera gustado dar pie a algo más que una amistad con Anastasia pero no
sentía que fuera mutuo por lo que lo dejó pasar.
Transcurridos
unos meses, todo ocurría con normalidad hasta que en las noticias se vio como
el nuevo gobierno había hecho un estado de excepción contra el artículo número
cuatro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El siguiente
artículo dice que nadie puede estar sometido a esclavitud y este gobierno
pretendía faltar a todas las personas de raza negra. En el momento en
que esta noticia sale a la luz se produce una guerra fría entre Italia y
Túnez. Finalmente, después de todos los acontecimientos que se estaban
desencadenando, este gobierno reaccionó y se dio cuenta de que estaba haciendo
de menos a todas esas personas y rectificó. Todos los habitantes de Italia
y Túnez izaron bandera a media asta por todas las víctimas de esta
guerra.
Tan sólo
unos días después de la guerra, Abraham se acordó de Anastasia y se preguntaba
si estaría bien por lo que decidió buscarla. Abraham no se sabía ni sus
apellidos por lo que le preguntaba a todo el que se encontraba haciendo juegos
de palabras. Abraham dio con un señor que describió perfectamente a la
Anastasia que él había conocido pero el señor se lavó las manos a pesar
de la insistencia de Abraham. Una chica que se había quedado con lo sucedido se
acercó a Abraham y le informó de que el señor con el que había hablado era el
marido de Anastasia. Abraham no daba crédito a lo que oía pero sabía que esa
chica las mataba callando y que no era de fiar por lo que no le puso
asunto a sus palabras.
Anastasia no tardó en enterarse de que Abraham la estaba buscando y dejó de pensar que él era un chico sin escrúpulos dándose cuenta que se equivocó totalmente al pensar mal de él en un principio cuando él sólo quería ayudarla.
Ella estaba dispuesta a buscarlo pero tenía claro que no iba a quedarse sin hacerle un ojo por ojo.
Anastasia no tardó en enterarse de que Abraham la estaba buscando y dejó de pensar que él era un chico sin escrúpulos dándose cuenta que se equivocó totalmente al pensar mal de él en un principio cuando él sólo quería ayudarla.
Ella estaba dispuesta a buscarlo pero tenía claro que no iba a quedarse sin hacerle un ojo por ojo.
Una amiga
de Anastasia la invitó a acudir a una obra de teatro muy famosa para el sábado
por la noche y a ella se le ocurrió una idea; como iba a ser un acto en el que
acudiría mucha gente pensó que era el mejor momento para buscar a Abraham. Una
vez finalizado el acto, Anastasia cogió el micrófono y dijo que se buscaba un
ladrón de joyas de mujeres y seguidamente describió a Abraham. Ella hizo
tremenda acusación para la galería con el fin de llamar la atención.
Anastasia sabía que de esa manera era más rápido encontrarlo y aparte ya
estarían en paz por todo lo que él le había hecho como irse sin despedirse.
Ella no pensaba quedarse para vestir santos y ya había pasado mucho
tiempo por lo que necesitaba darse prisa. Dio la casualidad de que Abraham
estaba en el teatro y, al ver lo que hizo Anastasia, fue a hablar seriamente
con ella ya que no entendía nada.
Ellos, al
verse, no sabían cómo reaccionar pero tras unos segundos se dieron un abrazo y reverdecieron
de los laureles. Él le confesó que no le gustó nada lo que había hecho y
ella le explicó por lo que había sido, no le convenció la explicación y le dijo
que le parecía un hecho sin pena ni gloria por lo que pasó de comentarlo
más a pesar de su descontento. El público comenzó a salir del teatro y, al
verlos hablando, comenzaron a murmurar y a observarlos y es que se percataron
de que la descripción que había dado Anastasia coincidía perfectamente con
Abraham. Abraham se sentía como si se hubiera tragado un sapo. Anastasia
dio un golpe de timón al pensamiento de las personas confesando que lo
que había contado era mentira. Acto seguido decidieron irse a hablar a un lugar
más tranquilo sobre que había sido de ellos, cómo habían vivido la guerra,
aclarar sus situaciones sentimentales ya que a Abraham le quedó la duda sobre
si Anastasia estaba casada y muchas más cosas. Pasaron horas y horas hablando,
parecían vivir en una caja de cristal cuando estaban juntos.Después
de esa noche empezaron a verse todos los días al darse cuenta de que hacía un
año que se conocían y que el pescado aún seguía sin vender pues a los
dos les hubiera gustado tener algo y todavía no había pasado nada entre ellos.
Desde entonces no hicieron más que avanzar en su relación con las bases de la
confianza, el respeto, la comunicación, la empatía y el cariño. Claramente a
todas las personas que opinaban sobre su relación ambos contestaban: ¡zapatero
a tus zapatos!
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