Me despierto y estoy en una clínica, no me acuerdo de nada, no me puedo mover, ya que, estoy atada de pies y manos, tampoco puedo mover la cabeza la siento pesada al igual que todo mi cuerpo, es como si tuviera plomo en la sangre. En el aire se siente mucha humedad, y siento que no estoy sola.
Al poco tiempo noto un hormigueo por las piernas y la presión de la cabeza disminuye y confirmo que no estoy sola.
Hay cinco hombres y una mujer, la mujer al darse cuenta de que estoy despierta toca un botón para llamar a una auxiliar. Entra una enfermera, vestida con un traje de los que te aíslan de algún tipo de ambiente tóxico. ¿Qué esta pasando? ¿Tengo el ébola?
-Señorita, ahora mismo vine el médico a explicarle su situación, descanse y no intente levantarse de la cama.
¿Mi situación? Es entonces cuando me doy cuenta de que tengo el estómago y el brazo izquierdo vendados y con una vía que me suministra y líquido azul, parece denso, seguro que es esa cosa lo que hace que me siente tan mal, quiero quitármelo pero no puedo, forcejeo, nada, me tienen bien atada a pesar de lo pequeñas que son mis muñecas. Entra el médico, es bastante guapo: moreno, alto, de piel aceitunada y con unos ojos verdes que me hacen relajarme nada mas verle. Pero no esta aislado.
-Señorita Moll, no se si esta al corriente de lo que pasa en el mundo- lo niego con la cabeza mientras intento no reírme, tiene voz de pito -el 70% de la población mundial está infectada con un virus que simula los síntomas de la lepra, aún estamos investigando como erradicarlo, pero afortunadamente usted, al igual que algunas personas de este cuarto, son capaces de sobrevivir a esta enfermedad, ¿como? No lo se pero es cierto que al mismo tiempo que se le cae la piel su organismo se regenera fácil y rápidamente, permitiendo le vivir más.
-¿Entonces para que estoy aquí y porque tengo una vía que me introduce algo que no quiero en mi cuerpo?
-Este líquido era para que se despertara lo antes posible, a la enfermera se le debió de olvidar quitárselo.
Mientras me lo quita le pregunto cómo llegue aquí.
-Usted lleva aquí dos meses y medio inconsciente, cuando salió del trabajo se desmayo y ya estaba infectada, con lo cual, creo que unos días antes estuvo en contacto con la enfermedad ¿recuerda a alguien de su entorno con alguna deformación que antes no tenía o que sangrara..?
-No, pero se supone que la lepra es una enfermedad de años de proceso antes de su manifestación, ¿cómo es que todo el mundo esta infectado?
-No es lepra en si, es similar, la lepra hace que la piel tenga deformaciones, perdida de la piel y de la sensibilidad etc, pero esta hace que también sangres y paraliza los miembros superiores y sus consecuencias se ven a los pocos días de la infección...
Todo me es confuso, soy médica y nunca había visto que una enfermedad evoluciona tanto, por cierto me llamo Cristina Moll y tengo 33 años.
-...y estamos infectados porque Corea del Norte quiere exterminar todas las poblaciones que no están de acuerdo con su política y ahora mismo están navegando por el espacio en unas naves que construyeron.
Pasa dos semanas desde que desperté y ya estamos al 75% de la población infectada y estoy ayudando en el hospital, la situación es horrible. Pero oí el otro día al médico jefe hablar con el médico que me atendió a mi, Costa, y parecía que estaban discutiendo por una cura, pienso averiguar porque no la usan.
Mañana en el almuerzo me voy a colar en el despacho del jefe.
Ya es la hora de comer y no veo que el jefe este en el comedor por lo que estará en su despacho todavía, le espero y al poco aparece, me dirijo directamente hacia él para preguntarle si ya hay alguna solución para a enfermedad.
-Paul, necesito hablar con usted, ¿sabe si ya hay algún remedio para retrasar el progreso de la enfermedad?
– No señorita Moll.
No le creo, se que ayer estuvieron hablando de una cura. Es hora de ir al despacho.
Voy con paso ágil y rápido, parece que no peso nada y tengo el corazón a mil por hora. Encuentro la planta de los directivos y voy lo mas rápido que puedo. Cuando llego hay una recepción y la chica que esta en el mostrador me pide una identificación, me invento que soy nueva y que se me quedó en el coche y me deja pasar.
Doy varias vueltas hasta que veo un cartel cerca de una puerta que pone “Pau di Vaccio”.
Entro y busco entre los papeles que tiene encima de la mesa, en un documento leo que hay una cura, lo sabia, sigo leyendo y me doy cuenta que es del presidente y dice que no la puede dar a conocer, que lo tiene totalmente prohibido.
De la nada un guardia me pilla y me suelta un puñetazo en la mandíbula, intento defenderme pero no puedo es demasiado grande y fuerte, me coge de un brazo como si nada y me arrastra hacia otra sala, tengo sangre en toda la boca y siento como me corre por todo el cuello, me sienta en una silla y empieza a preguntarme que hacia allí, que había visto, me esta gritando y no le puedo contestar me duele demasiado, vuelve a pegarme pero esta vez en la barriga, y toso, me vuelve a golpear en la cabeza.
Entonces me despierto en mi cuarto, en mi casa, todo era un sueño.
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