Había
una vez una joven guapa y vanidosa llamada Niké. Un día cuando su
hermana dio a luz a su sobrina Aldara esta sintió envidia de su
belleza desde temprana edad. Hasta que un día, en el bautizo,
secuestró sin que nadie se diese cuenta a Aldara. Los padres del
bebé y los invitados estaban preocupados por la desaparición de
Aldara y su tía Niké. Hasta que encontraron a Niké en un
acantilado junto con su sobrina. El padre forcejeó con Niké hasta
que el hombre calló al acantilado donde murió. Niké en ese momento
aprovechó para huir y se internó en el bosque y ahí abandonó al
bebé para que muriese. Pero Artemisa envió a una de sus ciervas
para que la cuidase. Al cabo de tres días, la propia diosa ayudó a
la madre que perdió a su bebé a encontrarlo.
Aldara
creció sana y fuerte, gracias a la protección de su madre, que la
protegió de su malvada tía.
Cuando
Aldara alcanzó los 12 años, su madre la decidió casarla con el
joven más adinerado de su polis. La boda estaba prevista para el mes
de enero.
Llegó
el día y Aldara se bañó con el velo en el agua de una fuente
sagrada para asegurar la fertilidad. La casa de los novios se decoró
con guirnaldas y ramas de olivo y laurel. y se celebró el banquete.
Cuando acabaron de comer, el novio le quitó el velo a Aldara, y se
conocieron. Cuando acabó el banquete, Aldara sacrificó un cerdo,
entregó sus juguetes de niña, se cortó un mechón del cabello y
también se cortó un trozo de su cinturón. El novio, por otra parte
se cortó el cabello y también se lo ofreció a los dioses.
Al
anochecer, llevaron a Aldara en un carro con una procesión detrás
que iluminaban las calles con sus antorchas. Se dirigían a la casa
del novio. Cuando llegaron quemaron el eje del carro y luego la
recibió la suegra y le dió la bienvenida.
Al
día siguente, la madre de Aldara fue a entregar los regalos a los
novios. Cuando salió de la casa se encontró con su hermana Niké,
que le entregó una caja diciendo que era para ella, en cuanto lo
abrió, salieron dos serpientes que la mordieron. Cuando llegaron los
novios alarmados por unos gritos se encontraron con la madre de
Aldara muerta, y la decidieron enterrarla debajo de un roble que
tenían en el patio.
Cuando
Aldara se sentía triste iba al árbol que le ofrecía consuelo.
Hasta que un día apareció Niké y apuñaló a Aldara porque
envidiaba su belleza. Se dirigió al mar y allí arrojó el cadáver.
Regresó
a la casa del novio y se hizo pasar por Aldara y se quedó embarazada
del joven y luego huyó con las joyas del joven. Cuando el joven
estaba dormido, se le apareció en sueños la diosa Atena y le reveló
toda la historia y en donde se escondía Niké. El hombre despertó y
fue a buscarla, y cuando la encontró le desfiguró la cara y luego
el muchacho fue a la playa donde Niké arrojó el cadáver y él se
tiró al mar y se ahogó.
Niké
por consecuencia de los golpes perdió el bebé. Mientras se dirigía
al lugar donde enterraron a su hermana, aparecieron cuatro palomas
blancas y le picaron los ojos y se quedó ciega.
Y
ell tribunal de Atenas la condenó a la horca.
Mientras
Niké dejaba de respirar, cuatro palomas blancas contemplaban la
escena.
Se
dice que esas cuatro palomas blancas eran el padre y la madre de
Aldara y Aldara y su esposo.
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