Iqbal Masih tenía cuatro
años cuando su padre lo cedió a una fábrica de alfombras de Punjab a cambio de
un préstamo para
pagar la boda de Aslam, el hijo mayor. Era un hecho habitual: los hijos menores
eran entregados a cambio de préstamos, para casar a los mayores.
En estos casos, los patronos de las fábricas
recuperaban el dinero prestado descontando una parte del salario mensual
acordado con sus obreros esclavos, o con
su familia en el caso de menores, lo
que forzaba a los trabajadores a permanecer a su servicio hasta la restitución
total de la deuda. .
A causa de sus denuncias y de su activismo, Iqbal era un personaje cada vez más incómodo para aquellas personas que se beneficiaban del trabajo infantil. A pesar del riesgo que adquiría a causa de su combatividad y creciente notoriedad, a pesar de las amenazas de muerte que recibió, siempre rechazó la escolta policial, incluso se negó a trasladarse a la capital o a un lugar más seguro. Prefirió quedarse entre los suyos.
En 1994
Iqbal ganó el "Premio Reebok a la juventud en acción",
instituido para reconocer las actividades en pro de la infancia. Un premio
otorgado por Reebok, una multinacional que paradójicamente estaba utilizado
mano de obra infantil en sus fábricas de Pakistán (la concesión del premio
coincidió con un reportaje de la cadena CBS en el que se denunciaba esta
paradoja).
Iqbal en
alguna ocasión había dicho que quería llegar a ser abogado, para poder defender
con más eficacia su causa. Pero un año más tarde, en 1995, mientras iba
en bicicleta, fue asesinado de un disparo.
En el año
2000 se otorgó el "Premio de los Niños del Mundo" por primera vez. A
título póstumo, se concedió a Iqbal Masih.
Extraído de Amnistía Internacional Cataluña
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