miércoles, 29 de enero de 2014

Ariadna y Beatriz González, Campeonas de España de Balonmano, relatan su experiencia para Eólica




Cada año se celebra en las vacaciones de navidad, el Campeonato de España de Selecciones Territoriales de balonmano, dónde cada Comunidad Autónoma lucha por ganar el campeonato. Antes de esto, hay que pasar por una serie de concentraciones. En nuestro caso, tuvimos que presentarnos a una preselección, dónde todas las chicas de Gran Canaria intentan competir por un puesto en la selección. Estas pruebas se hacen en cada una de las islas, y finalmente de ahí convocan a las mejores y se forma un equipo con jugadoras de las distintas islas.
El día 11 de diciembre nos llegó la noticia de que estábamos convocadas para la primera concentración que comenzaría del día 13 al 17 de diciembre en Fuerteventura. En esa primera concentración estaban convocadas 18 jugadoras, de las cuáles dos serían expulsadas. Estuvimos entrenando dos veces al día y cada sesión de entrenamiento de tres horas. Al acabar la primera concentración nos volvieron a llamar para la segunda, del día 19 al 23 de diciembre, ya éramos 16 jugadoras, y aún tenían que expulsar a dos más para finalizar y completar el equipo. Terminó la segunda concentración, ya estábamos agotadas pero contentas. Finalmente nos llamaron para la tercera y última concentración, ya estábamos entre las 14 jugadoras, por lo tanto, ya estábamos dentro del equipo. Quedaba aún una última concentración antes de irnos para el campeonato que se celebraría en Gijón, Asturias, que duraría del 26 al 29 de diciembre, dónde me nombraron capitana del equipo. (Ariadna)
Los entrenadores estaban muy contentos con todas nosotras y el trabajo realizado, ellos tenían mucha confianza en nosotras y sabían que podíamos conseguir medalla si nos lo proponíamos.
El día 1 de enero partimos a Gijón, fue un vuelo de tres horas, dónde ya los nervios empezaron a aparecer. El día 2 jugábamos nuestro primer partido contra la Rioja. Fue un partido fácil ya que ganamos 47- 7. El segundo partido fue contra Cantabria, el cual ganamos 31-17. Los entrenadores estaban contentos con nuestro trabajo. Al día siguiente, día 4 de enero, nos tocaban ya los cruces para entrar en semifinales, por lo tanto ya no era un partido fácil, sino al contrario. Nos enfrentábamos contra Galicia, un partido en el que íbamos perdiendo de dos, los nervios nos traicionaban, hasta que llegó el punto en que espabilamos y comenzamos a remontar, finalmente conseguimos ganar de dos. Logramos meternos en semifinales.
El próximos partido era contra Cataluña, un rival muy fuerte, en este partido la verdad que sufrimos mucho y todas pensábamos que nuestro campeonato terminaría ahí. Íbamos perdiendo todo el partido de cinco, pero nunca nos rendimos; a falta de 10 min para finalizar el partido comenzamos a robar balones y conseguimos empatar el partido (24-24) , ya sólo quedaba un min y medio para finalizar el partido, y atacaban ellas. Pudimos controlarlas ya que no podían entrar en el área de seis metros, por lo tanto lanzaron de nueve metros pero fallaron el lanzamiento. Ahora quedaba 1 min, todo se decidía en ese minuto. Conseguimos meter el gol, ya íbamos por primera vez en todo el partido por delante de ellas en el marcador. Quedaban 20 segundos, atacaban ellas, si marcaban iríamos a prórroga. Fue el momento más intenso del partido, ellas no conseguían entrar, nuestra defensa estaba más fuerte que nunca; ya sólo quedaban 5 segundos, y sacaban el golpe franco, hicieron una gran jugada, pero una de nuestras jugadoras consiguió sacarle falta en ataque, por lo tanto ya el tiempo había acabado. (25-24)Ya estábamos en la final del campeonato. Fue un partido tan intenso que todos, incluidos los entrenadores, terminamos llorando.
Con el transcurso de la tarde, ya estábamos concentradas para el partido del día siguiente, solo teníamos que dar un pasito más. Nuestro rival sería Comunidad Valenciana, un gran rival, formado por algunas jugadoras de la Selección Española Juvenil.

Comenzamos el partido, las gradas estaban llenas. Nosotras intentábamos controlar los nervios, para no fallar en ese último partido. Fuimos en cabeza de tres en el descanso (15-12). Al comenzar la segunda parte, seguíamos con nuestra diferencia de goles, hasta que a la mitad de la segunda parte ellas consiguieron empatarnos el partido (19-19). Estuvimos sin marcar ninguno de los dos equipos, hasta que nos pusimos a diferencia de dos goles, faltaban solo 5 min y ya todas deseábamos que acabará el partido, minutos que fueron puro sufrimiento para nosotras. Finalmente ganamos (24-21). La grada gritaba y todas nosotras aún no lo asimilábamos. La piel se nos puso de gallina, nos sentíamos orgullosas, y las lágrimas nos salían solas, de toda la tensión acumulada del campeonato. Por fin podíamos respirar tranquilas. Todo el esfuerzo se ve reflejado a final del camino.



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